Historia del edificio

Nuestro hotel es un lugar íntimo y acogedor en el que se combinan la piedra y la madera con el fuego de sus chimeneas, el marco ideal para esa escapada de fin de semana tan necesaria para desconectar un par de días, o para pequeñas celebraciones, reuniones, convenciones.

el antiguo edificio del hotel

Se trata de un edificio de nueva construcción, que comenzó a levantarse en 1980 dirigido por el arquitecto lucense Antonio González Trigo. Inicialmente se trataba de un pequeño hostal de 15 habitaciones, repartido en tres alturas; un bajo (para almacén), una primera planta (para cafetería, cocina y restaurante) y una segunda planta (para las 15 habitaciones).

el antiguo edificio del hotel

La estética del hostal de aquel entonces es difícil de reconocer hoy en día: poseía un pequeño balconcito que unía dos habitaciones y todas las ventanas del edificio estaban cubiertas por contras de madera de castaño. Las paredes también eran de piedra de granito, como lo son hoy, aunque la colocación de éstas y su preparación previa en el corte no conseguía dar a su fachada el aspecto y la imagen que tiene hoy.

el antiguo edificio del hotel

Posteriormente en 1995 se llevaría a cabo una ampliación y una remodelación de la fachada inicial del hostal, de la mano del arquitecto Pedro de Llano Cabado, arquitecto referencia en arquitectura popular de Galicia del que tuvimos el honor de que dirigiera nuestra obra, y su equipo (principales precursores de la rehabilitación de la aldea de Piornedo). La ampliación consistió en adosarle al edificio original otro edificio de dos alturas, con la parte inferior destinada a garaje y su parte superior dividida en dos partes: una zona de descanso, la sala mirador (con vistas espectaculares al valle que conduce a Navia de Suarna) y 11 habitaciones más, con lo que se pasaba a disponer de 26 habitaciones.

Desde octubre del 2004 comenzamos una tercera fase dirigida por los arquitectos Alfonso Salgado Suárez y Francisco Xavier Liñares Túñez. Gracias al aumento del turismo en la zona y a nuestra inquietud por seguir mejorando, esta nueva reforma nos permitió adaptarlo para obtener la categoría de Hotel. Hemos reducido nuestras habitaciones a un total de 23, haciéndolas más espaciosas. Preparamos también una sala para pequeñas convenciones, conferencias, reuniones, actividades formativas o exposiciones; y acondicionamos los exteriores del Hotel, ajardinándolo y plantando especies de árboles autóctonos como el capudre (serbal de los cazadores), cerezos o tejos…, marcando el perímetro del Hotel con un pequeño muro de piedra y adoquinando la zona de aparcamiento.

Todo ello para marcar, seguramente, un punto y seguido en la historia de este edificio…